Así cayó mi Bandera,
por Hortensio De Ycaza

Fue en Gorgona, la mística tierra
en donde las noches evocan recuerdos
y la bruma es el alma tranquila
de alboradas tristes cual tristes ensueños.

La mañana ensayaba triunfante
sus himnos de luces, cadencias y aromas,
y bordaban las nubes el cielo
pequeñas, inciertas, cual velas ignotas.

Tibio el sol con sus lánguidos rayos,
al dejar su manto de nieblas el pueblo,
era un cirio que brilla en la alcoba
de virgen que sale desnuda del lecho.

No muy lejos el Chagres corría
llevando sus flores de blancas espumas
cual recuerdos de blancas edades
que siente la mente que rápidos cruzan.

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Y fue allí donde entonces reinaba
la insignia de un pueblo que pudo ser grande
y que a trueque de efímeras glorias
hoy siente la asfixia de vil vasallaje.

¡PANAMA! Los colores decían
de aquella bandera por muchos odiada,
y a la muda expresión de esa frase
se oía como eco de burlas lejanas.
Yo la vi tremolante, sublime,
Mirando hacia el cielo cual alma que reza,
fingiendo sus pliegues que ondeaban
amargas sonrisas de penas inmensas.

Al no verla como antes dichosa
las aves llegaban allí sorprendidas:
mariposas buscando el perfume
de flor que en la fragua del sol agoniza.
¿Qué miró en el azul de su cielo?
Por qué tremolaba con honda tristeza,
fingiendo sus pliegues que ondeaban
amargas sonrisas de penas inmensas?

-Presentía llegar el momento
en que otra cantara sus triunfos sin glorias,
y azotara su faz como el látigo
que mano infamante levanta en la sombra!

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Y fue entonces el beso de muerte
que el ábrego frio le puso en el labio,
cuando vio que una mano querida
levantó la frente del pendón extraño.

Parecía qua estallaba en lamentos
al ver acercarse la mano traidora,
y cual cisne que canta su muerte
batió con sus ritmos cascadas de notas.

Y bajó como flor desprendida,
tronchada de un golpe, la reina mimada:
era el cóndor cayendo de lo alto,
perdidas las fuerzas y rotas las alas.

Y en el suelo, cual cuerpo sin vida,
quedó desmayada mi pobre bandera.
Entre tanto, voló hacia la cumbre
aquel estandarte al que sobran estrellas .....
Mas, sus alas plegáronse presto
quedándose inmóvil cual buitre que asecha;
se diría buscando al cadáver
de la altiva Diosa que rompe cadenas.

En el cielo anidó la tristeza,
brotaron los montes sollozos extraños,
y del Chagres la rápida linfa
troncó sus canciones en gritos amargos.
Violó entonces mi mente el futuro 
y vi que en un libro muy viejo y enorme
una mano muy blanca  escribía
palabras, que escritas formaban borrones.

Era el fallo que daba la Historia,
triunfante mirando el pendón extranjero,
al que yo le daría por escudo
cabezas de lobos y luces de incendio.

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Y la reina sin trono do estaba?
¡ ..... Hundida en el fondo de oscura gaveta,
Como madre encerrada por hijos
que buscan la muerte por hambre para ella! .....

Sus colores, hermosos crepúsculo,
dos noches muy negras a un tiempo sintieron,
y en eclipse total sus estrellas
quedaron sin lumbre, sin vida, sin cielo .........

Y allí espere a Jesús el humano
que arranque la losa que apaga su grito;
y le diga las frases inmensas
que a Lázaro dijo Jesús el Divino.