Romance de los ojos amados, por José Franco |
Bajo el matiz de tus ojos
hay un paisaje que amo,
un paisaje que estremece
la soledad de este canto.
Que transciende peregrino
a tus ojos lastimados
de mirar tanta miseria
en mi pueblo desangrado.
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(Mujer que no cambien nunca
esos tus ojos amados.
¡Ojos de mirada triste!
¡Ojos que los quiero tanto!)
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Puedes cambiar tu sonrisa,
tu cabello en el estrado
de modas que están ahora,
de modas que están llegando.
Cámbialo todo si quieres,
el perfume de tus manos,
aquella noche de lluvia
o la nostalgia del campo
o las orquídeas que viste
en la tarde de aquel sábado.
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Mujer, no cambies nunca
esos tus ojos cansados.
Desde allí nace mi amor
con cierto rumor lejano.
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Del libro Las Luciérnagas de la Muerte
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