Mi madre y el Naranjo, por
José Franco

El árbol de naranjo
del hogar de mi infancia
lo cortaron,
las hojas
cayeron en el pasto
como lágrimas de un llanto.

Pasó el tiempo
y un día lo olvidaron.

En el tronco amarraron
cometas, frascos,
bolsas de toda clase,
guirindajos,
y de aquel patio
de verdor
que mi madre
cuidara antaño,
nada quedó,
solo humareda
que los vientos llevaron.

Hoy que he vuelto
a casa después
de muchos años,
¡encontré un milagro!
Las hojas renacieron,
las ramas despuntaron
y en este marzo
está lleno de vida,
de esplendor y cantos.

A lo lejos
veo a mi madre
en sueño,
pienso en el naranjo
y lo miro
como un regalo de ella
en mi cumpleaños.

Del Libro: Fábulas Infantiles