Por el senderito blanco de mi vida llegué a tu morada. Floración de estrellas sobre los caminos vírgenes del alma.
Sedienta de anhelos bebí de tus fuentes la fecunda savia y cuajó en capullos la flor milagrosa de mis esperanzas.
Mi vida es espejo que tus ideales fúlgidos retrata. Mi vida es arcilla por tus nazarenas manos modelada.
Dentro tus paredes quedan los recuerdos de mi bella infancia y dentro mi espíritu llevaré por siempre tu imagen grabada.
Del Libro: Versos Para Niños y Por Los Caminos De Un Apostolado
A mis hijos y a todos los niños de mi patria, con todo mi fervor de madre y de maestra. Hersilia Ramos de Argote Julio, 1950