|
Me hace falta
el cordón umbilical
de tus atisbos
para resistir
la sombra
muda y fría
de esta burbuja
que alguna vez
llamamos casa.
|
No respiro
claudico
porque ni siquiera
a tu almohada
se le ocurrió
guardarme
el perfume
de tu corto
pelo crespo.
|
Busco en la alacena
algo de tu presencia
como la uña rota
aquella tarde
¿recuerdas?
pero apenas encuentro
los ojos feos
de una sardina burlona
que me canta los versos
de su mentira de lata.
|
Me hace falta el hilo
de tus manos
de tu cuerpo
de tus francas carcajadas
para tejerme la vida.
|
A veces me asomo
tristón a la calle
buscando compañía
encuestando
las grises
paredes
de ahí enfrente
pero también
se apartan
para no
contaminarse
con el tufo soez
de esta cabanga.
|
Ensayo estar aquí
respirando
y siempre me sale mal.
|
Del Libro AMOR A MANO ARMADA
|