 |
|
|
|
De tan hermosa pesca, pescadora,
¿qué más pedir? Ya vi la primavera.
Ya me dijo el enigma de la aurora
la noche en mi barquilla, prisionera.
|
¿Qué más pedir? ¡Morir! Morir ahora,
Nahuel Huapí, besando tu ribera.
Ser ese lampo que tus albas dora,
ser esa flor perdida en tu pradera.
|
Pero no. Más allá de este paisaje,
señalados me son otros senderos.
¡Al mar, al norte! ¡Proseguid el viaje!
|
Cielos australes, en mi red viajeros,
bogando váis conmigo hacia el oleaje
que no sabe de inmóviles luceros!
|
Del libro: La Niña y el Mar
|
|
|
|
|
|
 |