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(Para Rodrigo de la Guardia, alma grande)
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Como una larga cinta del hondo mar surgida,
bajo el azul de un cielo siempre radioso y terso,
en actitud fraternal mi Patria está tendida,
sirviendo con sus brazos de puente al universo.
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Oh, Patria! que en el centro del mundo colocada
por mano del destino, realizas el anhelo
de hacer que con orgullo la humanidad cansada,
para cruzar la esfera se abrace en este suelo.
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Patria pequeña y grande! también a un tiempo mismo,
a quien el Hado quiso tender sobre este Istmo,
no igualan tus blasones ni homéricas hazañas,
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pues permitiste un día con sacro amor profundo,
que el rubio del Coloso te abriese las entrañas,
aún más que por tu gloria ¡por ver feliz al mundo!
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Del libro:La Epopeya del segundo canal.
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