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Habrá frutas extranjeras
y verduras exquisitas:
uvas, manzanas, pasitas
y de calidad primera.
Pero vaya a dondequiera
no se podrán comparar,
a la hora de almorzar
con la fragante tajada
del plátano, bien cortada,
a punto de madurar. |
¿Y qué decir de la cena
con plátano en tentación?
Acanelada ración,
¿puede haber cosa más buena?
La vida luce más plena
y el corazón más contento,
si el hombre en cualquier momento
sabe su bien disfrutar
de esta fruta popular
que da placer y sustento. |
Puede el plátano servir
en diversas confituras,
en condiciones maduras
o verdes, para freír.
Y es fácil de convertir
en harina y aguardiente
y si lo sabe la gente
de su flor se hace perfume.
Del plátano se consume
todo, deliciosamente. |
La fruta del paraíso
no se le puede igualar.
El plátano es un manjar
que la propia tierra hizo.
Esencia y lujo en el guiso
de la mesa, sin igual.
Hay que hacerle un pedestal
por su gran contribución,
al alma de esta nación
y al plato tradicional.
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Del libro: Cantadera, 130 décimas para cantar
CHANGMARÍN
El León de los Leones
1995
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