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Oye: la vida nos prodiga tanto,
que nos da la salud y la tristeza.
Gocemos, que no existe el desencanto,
cuando sólo miramos la belleza.
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Entonemos, entonces, nuestro canto
a la vida, que es luz y fortaleza.
Mañana, no sabemos si con llanto
mojaremos la flor de la pureza.
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Oye: la vida tiene sus dulzuras
y no es preciso ver las amarguras,
ni pensar en lo adverso de la suerte.
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Bailemos, pues, la alegre zarabanda,
con furor, como el mundo lo demanda,
sin saber que bailamos con la Muerte.
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Del libro:
Poemas Líricos de Eduardo L. Maduro Lindo
Homenaje póstumo a la memoria de Don
Eduardo L. Maduro Lindo (Q.E.P.D.) en el
Décimo Aniversario de su sensible deceso.
Su Viuda Carmen, sus
hijos, nietos y biznietos.
Panamá 8 de Julio de 1976
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