Víctor Manuel Franceschi, poeta y periodista panameño, nació el 12 de abril de 1931 en La Concepción, Bugaba, provincia de Chiriquí. Sus estudios primarios y secundarios los realizó en la ciudad de Panamá. En el Instituto Nacional elaboró sus primeros versos. Falleció en la ciudad de Panamá en 1984.
Inició sus conocimientos sobre métrica, en un cursillo tomado en el entonces "Conservatorio Nacional de Música y Declamación", dictado por el maestro Rogelio Sinán.
Fue columnista de varios diarios nacionales, entre ellos El Panamá América, Matutino, Crítica y Ecos del Valle. Además de periodista era versado en labores de relaciones públicas y como tal sirvió a varias empresas oficiales y privadas.
Su poesía es de gran contenido social, en la que reclama justicia y dignidad para los marginados sociales y raciales. En su primera obra Carbones, se muestra como exponente de la poesía negra en Panamá y en sus ultimas obras como Recitandoy Vocecitas Franceschi nos dejó una hermosa colección de poesías para niños.
Fue miembro fundador del grupo Demetrio Herrera Sevillano, grupo que en la década del 50 obtuvo una gran acogida por la comunidad literaria del país. A finales del año 60, Víctor M. Franceschi era el Secretario General del grupo "D.H.S.". Contrajo matrimonio con una joven chiricana y fue a radicarse a David, ChiriquÍ, donde fundó y dirigió el combativo Radio Periódico "El Tiempo". Sus nuevos compromisos le desvincularon del grupo “D.H.S.", que así desapareció del escenario público dejando un impecable testimonio de trabajo.
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Amiguitos:
Vamos a leer y a pintar! Si un amiguito no sabe leer, tú lees para que él te escuche y aprenda. O le pides a mamá, o le pides a papá, o le pides a la maestra que lea estas poesías para aquellos que no saben leer y así puedan aprenderlas.
Espero que te gusten estas poesías que yo escribí pensando en todos los niños que con tanto ruido, o con tanta risa o con mucho llorar alegran el mundo.
Víctor M. Franceschi
En la dedicatoria de la obra: Vocecitas
Noviembre de 1979
En Franceschi comulgan en tierna perfección artística la presencia de Garcilaso, Góngora, Vallejo, Guillén y Neruda. Decir lo contrario sería ruborizar a las Musas y recibir un soplo de odio de Vulcano ciego.
Si tuviéramos que catalogar a Víctor Franceschi, muy quedamente o muy sinceramente, diríamos que pertenece a la región de los vanguardistas, a esos que ustedes a veces no entienden, pero que hacen poesía de urgencia más cerca de la sangre que de la tinta y que nadie puede negar. Por algo nos dice Amado Alonso, ese inmenso crítico literario:
en Poesía, ser y expresarse son una misma cosa, y su calidad no se mide ni por lo fácil
ni por lo difícil que sea de comprender.
En toda poesía – la épica, la lírica, la social, la popular, cualquiera que ésta sea -, antes de cantar a la soledad, al amor o al dolor de los hombres, el poeta ha tenido que ser “lumbre interior” de la intimidad personal. Y en Víctor Franceschi encontramos a cabalidad ese dolor de hombre y de bardo, que se hace más dolor cuando en sus versos tiembla; y a él como a tantos otros: Lorca, Vallejo, Hernández...
Medoro Lagos
En el prologo de: Canto y Homenaje al Libro
“CARBONES de Víctor M. Franceschi
La poesía negra de Panamá no ha tenido grandes exponentes como en otras latitudes. Las Antologías de poesía negra americana incluyen excepcionalmente el nombre de
Demetrio Korsi que explotó con acierto el filón de riquísimas vetas de la lírica afro-española.
Por eso es significativo que este joven poeta panameño, Víctor M. Franceschi, pulse los ritmos que golpean su sangre con la fuerza del tam-tam de las selvas africanas y la rebeldía violenta y torrencial de las corrientes amazónicas. Panamá, complejo mosaico donde se funden las razas en los ardientes crisoles del pueblo, incorpora rasgos distintivos a la poesía afroamericana, tonalidades de tabú aterrorizado y triste, y vigorosas notas rebeldes que emergen del estallido de la sangre mulata… El poeta que se inspira en estos motivos de estética universal a base de material lingüístico de la poesía negra, encontrará acentos únicos en el caudal de la lírica. Tal es el acierto de Víctor M. Franceschi, joven poeta panameño, dotado para dar expresión a los grandes motivos de contrastante plasticidad clarooscura de la poesía negra. Maneja con gran maestría, los ritmos lingüísticos a base de sonidos consonantes nasales y guturales; y de terminaciones agudas en “o”, en “a”, en “e” y en “u”, y encuentra en el juego de vocales, rítmicas asonancias que encierran los instrumentos y danzas ondulantes afroamericanas...
Dra. Matilde Elena López
En el prologo de la obra: Carbones
Panamá, 26 de abril de 1956
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