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Ramona, la hechicera, la de los ojos negros,
la de las largas trenzas y la dulce sonrisa,
tuvo un amor inmenso: un amor desgraciado,
que colmó de amarguras la copa de su vida.
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Ramona, la sencilla, la graciosa criatura,
la que llevó en sus venas sangre roja de india,
quiso al mancebo fuerte de los brazos hercúleos,
de corazón de oro y de mirada altiva.
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Un día artera mano lo sorprendió en la choza
y lo dejó tendido sobre la selva andina,
donde lo halló la esposa...Fue grande su lamento;
y el primo enamorado, que tanto la quería,
buscóla mucho tiempo y en sus brazos Ramona
encontró el nuevo bálsamo que alivió su desdicha.
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Del libro: Poemas Líricos de Eduardo L. Maduro Lindo
Homenaje póstumo a la memoria de Don
Eduardo L. Maduro Lindo (Q.E.P.D.) en el
Décimo Aniversario de su sensible deceso.
Su Viuda Carmen, sus
hijos, nietos y biznietos.
Panamá 8 de Julio de 1976
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